- Evitar el ayuno: Muchas personas se plantean el no ingerir ningún tipo de alimento durante el día para poder comer en la cena. Esto no es recomendable. Se debe realizar las cuatro comidas livianas (desayuno, almuerzo, merienda y cena), pero nunca saltearlas. La no ingesta nos provocará más apetito y podría dispararse el descontrol al comer.
- Si tienes planeada una cena al finalizar la jornada, las comidas previas debes realizarlas muy livianas, por ejemplo, consumir lácteos descremados, frutas, carnes magras, verduras.
- Sírvete medio plato de verduras y medio plato de comida, una sola vez. De esta manera lograrás reducir las porciones de comidas muy calóricas y podrás disfrutar sin culpa.
- Muévete: no solamente comemos más, sino que se reduce el gasto calórico. No es necesario ir al gimnasio para compensar estos cambios, sino que puedes realizar actividades inclusive desde la comodidad de tu hogar, por ejemplo, hacer la tareas del hogar, utilizar las escaleras, también dar un paseo en bicicleta, caminatas al aire libre, nadar, bailar.
Si quieres, podrás y lo lograrás!
Lic. Ruth Gamarra
Nutricionista