1. Planificar las comidas del día: Muchas personas se plantean el no ingerir ningún tipo de alimento durante el día para poder comer en la cena. Esto no es recomendable. Se deben realizar las tres comidas anteriores livianas (desayuno, almuerzo, merienda) y en la cena elegir lo que más guste para comer. La no ingesta provocará más apetito y podría dispararse el descontrol al comer.
2. Las comidas previas deben ser muy livianas, por ejemplo,en el desayuno se puede incluir lácteos descremados con dos tostadas y una fruta, en el almuerzo, medio plato de ensalada de vegetales crudos y medio plato de carnes magras, en la merienda, 1 fruta con una porción de yogurt descremado.
3. Es “la cena” y no “la última cena”. Uno debe servirse medio plato de verduras (ensalada de vegetales) y medio plato de comida (chanchito, peceto, chipa guazú, sopa, ensalada de arroz, etc) una sola vez. De esta manera se logra reducir las porciones de comidas muy calóricas y a la vez disfrutar sin culpa.
4. ¡A moverse!No solo se acostumbra comer más, sino que también reducirla actividad física. Que esto no suceda, uno puede realizar actividades incluso desde la comodidad de su hogar, por ejemplo, hacer las tareas del hogar, utilizar las escaleras, también dar un paseo en bicicleta, caminatas al aire libre, nadar, bailar, entre otros.
Si quieres, podrás y lo lograrás!