Las infecciones de piel y partes blandas son las causas más frecuentes de consulta dermatológica en pediatría. La piel y los anexos (pelo, uñas) constituyen la principal barrera de defensa del cuerpo frente a agentes externos, estando formada por 3 capas: epidermis, capa verdaderamente protectora, más superficial y sin irrigación sanguínea; la dermis, y tejido celular subcutáneo, capas más profundas y con riego sanguíneo. Existe un constante equilibrio entre microorganismo y humano, de manera que la eliminación
de ese equilibrio puede favorecer el desarrollo de infección.
Algunos factores que pueden alterar este equilibrio favoreciendo las infecciones cutáneas son la humedad, el aumento de
temperatura, diversas enfermedades o inmunosupresión, o el uso de antibióticos. El Staphylococcus aureus y el Streptococcus
pyogenes son los principales gérmenes causantes.
Las formas clínicas de presentación varían según la profundidad y la localización de la lesión, lo cual condiciona en parte el tratamiento tópico o sistémico.
En cuanto a la prevención, se recomiendan las medidas higiénicas como lavado de manos frecuente, baño diario, uso de utensilios personales; no manipular heridas (no pincharse agujas, espinas u objetos puntiagudos para extracción de pus), no rascarse; consultar a tiempo en caso de tener una lesión. Vacunación antitetánica al día.
Si se presentan heridas recurrentes, el médico deberá valorar si el paciente está colonizado con S.aureus, y decolonizar con medidas como (jabón clorexhidina o agua con hipoclorito de sodio), mupirocina tópica.
No automedicarse en caso de padecer de lesiones en piel, consultar siempre con el médico pediatra o especialista de piel o Infectólogo.