El matrimonio es considerado como una de las más hermosas entre las relaciones humanas, es valioso e insustituible en la formación del tejido social. Es el diseño de Dios para que el hombre y la mujer se complementen y enriquezcan mutuamente. Esta relación otorga el escenario ideal para el desarrollo de los valores y las virtudes más elevados. Construir un buen matrimonio no es tarea fácil, requiere de entrega, madurez, renunciamiento, dedicación y duro trabajo.
El equilibrio emocional,juega un papel fundamental para el éxito de esta relación. Cuando las emociones negativas (ira, enojo, rabia, rencor, celos, etc.) salen de control, llegando a ser muy intensas y abrumadoras, provocan serios daños a los cónyuges, trayendo heridas, dolor, tristeza, ansiedad, desilusión y frustración. Esta situación provoca la alteración de los pensamientos y la conducta, perdiéndose la orientación y el curso deseado, llevando finalmente ala relación a un callejón sin salida.
No debemos escatimar esfuerzo para el logro de la estabilidad matrimonial, que lejos de ser un espacio para competir, medir fuerzas, hacer valer la voluntad personal o sacar ventajas personales, es para compartir, crecer juntos, dando lo mejor de sí para el logro de una relación saludable, sólida y duradera y ser felices.
Capellan Elvio Carrera