La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común en todo el mundo (60 a 70%), seguida en orden decreciente por la demencia vascular, la demencia frontotemporal y la demencia con cuerpos de Lewy.
El término demencia es la condición en donde se deteriora la capacidad del aprendizaje, memoria, atención, lenguaje, habilidades sociales que impiden realizar actividades de manera satisfactoria y obliga al individuo a depender de un cuidador.
Es un trastorno neurodegenerativo (significa que es progresivo porque se depositan proteínas modificadas o mal plegadas dentro de las neuronas que le resultan tóxicas y por consiguiente la muerte neuronal en centros cerebrales específicos).
El diagnóstico se realiza por la historia clínica y en los test neuropsicológicos en donde el deterioro cognitivo es lento y progresivo y en primer lugar el dominio de memoria a corto plazo, y los trastornos conductuales. Se deben realizar análisis sanguíneos para diferenciar de otros trastornos toxicológicos, deficiencias de vitaminas, infecciones, neoplasias, medicamentos, alteraciones metabólicas, endocrinas o inflamatorias. También como mínimo se necesita una tomografía de craneo.
El mejor tratamiento preventivo es la promoción de un del envejecimiento activo y saludable. El segundo punto es prevenir situaciones de sobrecarga y estrés de los familiares o cuidadores. Los principales fármacos que se utilizan son los inhibidores de la acetilcolinesterasa el donepezilo, rivastigmina y galantamina en la fase leve a moderada, y la memantina en la fase moderada a grave. Pero tienen una utilidad temporal. Para los trastornos conductuales se utilizan antipsicóticos. Entre las terapias no farmacológicas se encuentra la estimulación cognitiva con sus diferentes técnicas.
Dr. Justo Avalos