La lactancia materna es el mejor alimento que un recién nacido puede recibir, pues aparte de proveer todos los nutrientes que el niño necesita para crecer también lo protege de innumerables enfermedades. Está comprobado que el recién nacido que es amamantado es menos propenso a padecer:
• cuadros alérgicos,
• diarreas infecciosas,
• enfermedades respiratorias,
• infecciones del oído,
• diabetes
• y obesidad.
También se ha visto que tienen menos riesgo del Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Al mismo tiempo existen múltiples beneficios para la mamá como:
• la recuperación posparto más rápida, pues la lactancia disminuye el sangrado por parto y acelera la involución uterina,
• disminuye el riesgo de ciertos tipos de cáncer como el de mama y ovarios,
• disminuye el riesgo de osteoporosis y diabetes tipo 2, y
• ayuda a establecer un vínculo único con su bebé que será irrecuperable en el tiempo.
Es por esto que todo lo que podamos hacer para contribuir con la instauración temprana y eficaz de la lactancia materna es muy importante para asegurar que tanto la madre como el niño sean bendecidos con todos estos beneficios y puedan disfrutar de éste tiempo único y de una vida más saludable.
En el Centro Médico Bautista hemos implementado una serie de intervenciones desde antes de la llegada del bebé, que son recomendaciones actuales de la OMS y la UNICEF y han demostrado que al ser puestas en práctica dan como resultado un aumento muy importante en el índice de lactancia materna exclusiva a corto y largo plazo.
Ambas entidades sugieren que la lactancia materna exclusiva se mantenga hasta los 6 meses de vida y acompañada con la alimentación complementaria hasta los 2 años de edad, estas son:
• la consulta prenatal con el pediatra,
• “el nacimiento humanizado”
• y la asistencia a las madres en sala de internación materno-neonatal.
¡Estamos listos para recibirte!