El control prenatal se puede definir como un conjunto de acciones que involucran una serie de visitas de parte de la embarazada a la institución de salud y la respectiva consulta médica, con el objetivo de vigilar la evolución del embarazo, detectar tempranamente riesgos, prevenir complicaciones y prepararla para el parto, la maternidad y la crianza.
La OMS considera que el cuidado materno es una prioridad, que forma parte de las políticas de salud como estrategia para optimizar los resultados del embarazo, y prevenir la mortalidad materna y perinatal.
Sin embargo no todas las mujeres logran acceder al control, y algunas, no logran la adherencia a las recomendaciones, ni cumplir con la periodicidad de asistencia al mismo.
Las barreras ajenas a las gestantes son: bajo nivel educativo, bajos ingresos, la edad, falta de pareja estable, condiciones socio económicas, maltrato físico y psicológico.
La vigilancia en la salud se encarga de registrar, notificar y analizar los casos de muerte materna y perinatal con el fin de orientar medidas de prevención y control.
Por otra parte, existe escasa evidencia sobre factores asociados y determinantes sociales de la adherencia, calidad del CPN, conocimiento, percepciones y prácticas de las gestantes y los profesionales de la salud con respecto a la atención Prenatal.
Finalmente se hace la invitación a una profunda reflexión, fundamentada y ética sobre el papel de los profesores, los servicios de salud y la comunidad, en la adherencia y evaluación del control prenatal.